Indicadores de bienestar autorreportado de la población urbana durante 2016
El INEGI presenta nuevos resultados en la medición del Bienestar Subjetivo
Hace un mes el INEGI comunicó los resultados de la medición del bienestar de la población urbana, realizada desde hace unos años en 32 ciudades del país. La encuesta se aplica a personas mayores de 18 años e indaga tres aspectos del bienestar. Uno, la satisfacción con la vida en general y con aspectos específicos de la misma. Dos, la fortaleza anímica y el sentido de vida según conceptos significativos de la vida, y tres, pregunta sobre el balance afectivo, que explora la prevalencia de estados de ánimo, positivos o negativos en un momento de referencia.
Los resultados de mayor interés en satisfacción con la vida se pueden resumir en los siguientes:
- El resultado global de la medición del bienestar subjetivo en enero de 2017 fue de 7.9 en una escala de 0 a 10. Significa una disminución de una décima respecto de enero de 2016 y de tres respecto del mismo mes de 2015.
- Los hombres reportan mayor nivel de satisfacción que las mujeres: 8.0 frente a 7.9.
- En 2017, los jóvenes de 18 a 29 años declaran mayor satisfacción con su vida, al promediar 8.2; la población de 60 y más años declara 7.6.
- La mayor diferencia entre mujeres y hombres se da entre los 45 y 59 años, donde registran en promedio 7.7 y 8.1, respectivamente.
- La seguridad ciudadana presenta el nivel de satisfacción más bajo, con un promedio de 4.7 en enero de 2017. Disminuyo siete décimas respecto del mismo mes del año anterior.
- La satisfacción con el país se ubica en 5.5. Es el mayor retroceso (1.1 puntos) en comparación con enero 2016, cuando registró una calificación de 6.6.
- La satisfacción en la ciudad en la que se vive retrocedió en el transcurso de los últimos 12 meses, de satisfacción de 7.1 a 6.7.
- Seguridad, país y ciudad son los tres rubros que registran su menor nivel desde enero de 2014.
Los resultados asociados a fortaleza o debilidad anímica, así como al sentido de vida muestran que entre enero de 2016 y enero de 2017, de nueve enunciados ha disminuido la identificación por parte de la población en cuatro de ellos: soy una persona afortunada, me siento bien conmigo mismo, la mayoría de los días siento que he logrado algo y soy optimista con respecto a mi futuro. Esto sugiere que, en promedio, existe alguna merma, si bien marginal, en las reservas anímicas de la población adulta durante el período.
El tercer aspecto relacionado con el bienestar subjetivo es el balance afectivo o anímico. En esta medición el promedio es positivo: en general, el promedio de estados anímicos positivos el día anterior a la entrevista (en este caso con un recorrido posible de 0 a 10) se ubicó en un promedio de 7.6. Sin embargo, retrocede una décima respecto de enero de 2016, pasando de 6.2 en a 6.1 en enero de 2017.
El retroceso en los estados anímicos positivos, respecto de enero de 2016, resulta del descenso en el promedio de estados anímicos: de buen humor, con energía o vitalidad y emocionado o alegre; mientras que ha aumentado el promedio del estado anímico negativo referente a sentirse de mal humor.
Vale destacar que el balance afectivo general de la población de 30 a 44 años muestra un mayor descenso (-0.4). Este grupo además de presentar el mayor retroceso en los estados anímicos positivos, registra un aumento en los estados anímicos negativos.
Una síntesis del balance afectivo de la población adulta y urbana en enero de 2017 es el siguiente: 3.8% de la población adulta urbana se ubicó con un balance negativo; 26.7% en un balance ligeramente positivo y 69.5 % en un balance inequívocamente positivo. Las diferencias respecto de 2016 son a la baja pero mínimas e insignificantes.
Para consultar una síntesis del análisis de este módulo puedes consultar el boletín de prensa enviado por INEGI en febrero de este año:
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