El martes 4 de febrero de 2014, en el marco del Primer Informe de Gobierno, se llevó a cabo la Glosa Ciudadana. En ella, se expusieron seis ejes:
1.- Entorno y vida sustentable
2.- Equidad y oportunidades
3.- Instituciones confiables y efectivas
4.- Garantía de derecho y libertad
5.- Economía próspera e incluyente
6.- Comunidad y calidad de vida
En cada uno de los ejes, dos ciudadanos exponían sus reflexiones referentes al tema.
En el eje «Comunidad y calidad de vida» participó el director ejecutivo del Observatorio Jalisco Cómo Vamos, Augusto Chacón. Esto fue lo que presentó:
Comunidad y calidad de vida. Dice el Informe: “El bienestar de los jaliscienses y el desarrollo del estado deben estar estrechamente ligados”. O sea, la calidad de vida como bienestar y “desarrollo del estado”, el que han privilegiado los gobiernos: económico, la productividad medida en pesos. Cito: “la escasa participación de la ciudadanía (…) el individualismo y el enfoque del bienestar basado solo en la idea de acceso y consumo de bienes y servicios dificultan el desarrollo de la población”. Leo “participación de la ciudadanía” y supongo, con estupendo buen ánimo, que el documento se refiere a ciudadanos activos en los asuntos de la sociedad; entiendo también que el “individualismo” y la idea persona-igual-a-consumidor, no son necesariamente propicias para el “desarrollo de la población”, y aquí las palabras “desarrollo” y “población”, juntas, denotan otros rasgos de la colectividad, más adelante el texto los nombra: tejido social, integración familiar, actividad física, recreación y acceso a la cultura. En sentido opuesto a lo que atestiguamos todos los días, su Primer Informe, Gobernador, afirma que con todo y que “se requiere el progreso económico”, éste no puede perseguirse a costa de esas otras dimensiones de la vida.
Mentar la menguada intervención de la ciudadanía como un lastre, al individualismo como una especie de tara y reconocer, eso se infiere, que se ha privilegiado el avance de los indicadores de la economía por sobre apuntalar a la colectividad, el tejido social y la integración familiar… soplé a los rescoldos de la utopía que la realidad terca aún no barre. Esto, y su disposición para escuchar comentarios otros, de otras y otros, sobre su Informe, apuntaban a una muda en la noción de bienestar y en la concepción del Estado como filántropo, porque su Informe asegura: “La pobreza y la vulnerabilidad social con frecuencia están acompañadas de ausencia de redes sociales y poco acceso a información sobre opciones de desarrollo, esto aunado a la tendencia que se ha observado en la manera en que se asocian los apoyos gubernamentales con dádivas o caridad”, nomás faltó decir clientelares para que su Informe saliera corriendo a buscarse un sitio en la Historia.
Luego, lo anterior vuelto acciones; el alejamiento de los conceptos, la vulgaridad de los hechos, cito algunos: capacitaron en 43 municipios a 32, 511 beneficiarios de programas estatales, lo que llevó aparejado abordar temas como exigibilidad de los derechos sociales (el apellido, sociales, le quita lustre: exigibilidad de derechos, sin más, habría estado bien y que nos dijera del impacto obtenido).
La incidencia de un gobierno en la cohesión comunitaria y en el bienestar de los individuos pasa por que el primero disponga los medios, materiales y políticos, para que la vida y los negocios de la gente transcurran en un clima de seguridad y libertad, en un entorno con el equipamiento necesario y con acceso equitativo a la educación, a la salud, etc.; pero también pasa porque el gobernante tome a sus gobernados como interlocutores y actores principales de todas las cosas públicas. Tradicionalmente los actos de gobierno, de uno en uno y por rubro presupuestal, eran la carne del Informe; hoy, lo que está por medirse es el efecto en conjunto: ¿son hoy más sólidas, socialmente, las comunidades que recibieron apoyos, la calidad de vida de sus individuos aumentó? El Informe no lo afirma, tiende apenas una línea base, muy general; no obstante, Gobernador, su empeño por poner al día conceptos que pueden marcar, para bien, la relación con sus gobernados, y este ejercicio, valen para no perder la esperanza y para proponerle que en un año el Informe sea dual: el documento habitual, para la transparencia, y para la rendición de cuentas: el bienestar de los jaliscienses, el objetivamente medido y el percibido.
Gracias.
Augusto Chacón,
Palacio de Gobierno, antiguo recinto legislativo.
Guadalajara, 4 de febrero de 2014.
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