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El periodismo mexicano está de luto. La pérdida de–a mi parecer–el más grande de sus expositores, Julio Scherer García, da vuelta a la página a un periodismo que intentó ser moderno en un país que aún no lo es. Todavía no terminábamos por superar el vacío que dejaba Vicente Leñero y en poco más de un mes Julio decidió acompañarlo y así, como en 1976, juntos se fueron.
En un país gobernado por un partido hegemónico a mediados del siglo XX, la verdadera oposición surgió de la sociedad civil. Los ferrocarrileros y mineros iniciaron en la década de los 50 lo que los estudiantes continuaron a finales de los 60 y que pondría a México en el centro de la atención global.
Excélsior bajo el mando de Julio Scherer puso el dedo en la llaga de los problemas medulares del país. Fue una oposición crítica y tenaz ante un presidencialismo exageradamente fuerte en una democracia de simulación y una república de fachada.
Eso le valió a Julio su enemistad con presidentes como Díaz Ordaz y Luis Echeverría Álvarez quien terminaría por irrumpir en la Asamblea Extraordinaria de la Cooperativa de Excélsior en donde se consumó el “golpe” y se expulsó a Scherer de su dirección. Esto a tan sólo días de que se llevara a cabo la histórica elección en donde José López Portillo ganó sin adversario alguno.
La historia posterior ya la conocemos: la creación del semanario Proceso que logró subsistir a pesar del desabasto de papel y la censura publicitaria del gobierno mexicano.
A casi 40 años del “golpe a Excélsior” la situación en el país no sigue siendo diferente. Podemos ser testigos de una simulación democrática y de una endeble oposición legislativa (y partidista) que obliga a la sociedad civil a ser la única voz que grite en las calles.
Varios periodistas pagados por gobiernos (independientemente del partido) son aduladores de una república ficticia y de despampanantes gobiernos. Pocos son los periodistas que se consolidan con fuerza crítica contra la presidencia en ejemplos de corrupción como el de la “Casa Higa”, que tan sólo es una pequeña muestra de ese ignoto botón.
El periodismo en México tiene que saber que el país está exigiendo iniciar una nueva fase en donde hablar de democracia ya no basta, sino velar por la calidad de esta. Y para esta discusión son bienvenidos todos los que así como Julio, nunca se permitieron callar la verdad.
Las opiniones expresadas por nuestros colaboradores son a título personal y no necesariamente reflejan la postura de Jalisco Cómo Vamos.
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