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Presentación

Presentación

Este estudio es la tercera edición de Ser Mujer en Guadalajara.

La principal fuente de información de la cual se alimenta es de la Encuesta de Percepción Ciudadana sobre Calidad de Vida (EPCCV) 2020 realizada por Jalisco Cómo Vamos. Los resultados se presentan con el enfoque de género, mostrando diferentes perspectivas y experiencias por nivel socioeconómico y grupo de edad.

La realidad que vivimos las tapatías tiene diferencias importantes que es necesario evidenciar, para poder generar no solo concientización sobre el tema, sino provocar programas y políticas públicas que mejoren la situación de las mujeres en Guadalajara, en Jalisco y en el resto del país. Como en ediciones anteriores, el objetivo de este informe es recuperar las voces de las mujeres y mostrar cómo viven, cómo perciben su vida familiar, social y profesional.

Documentamos las perspectivas y experiencias de las mujeres buscando profundizar en cómo viven su entorno y el impacto de las brechas y desigualdades de género en su calidad de vida.

Por primera ocasión, en esta publicación contemplamos análisis históricos a partir de los resultados de la EPCCV de la edición 2020 y de ediciones previas para documentar la evolución de las diferentes necesidades y problemáticas que viven las mujeres. Para complementar el análisis, incorporamos datos de diversas fuentes como el MIDE Jalisco, así como distintos instrumentos y encuestas elaboradas por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), ONU Mujeres y la Secretaría de Igualdad Sustantiva entre Mujeres y Hombres (SISEMH), entre otras.

A partir de esta tercera edición de Ser Mujer en Guadalajara, esperamos ampliar la evidencia sobre lo que significa ser mujer en nuestra ciudad, y la importancia de analizar y sobre todo, actuar para construir una sociedad mas justa e igualitaria.

– Equipo de Jalisco Cómo Vamos

Nota metodológica

Nota Metodológica

Los hallazgos presentados en este informe provienen, en mayor medida, de la Séptima Encuesta de Percepción Ciudadana sobre Calidad de Vida, realizada por Jalisco Cómo Vamos en el Área Metropolitana de Guadalajara, a finales de 2020. Las cifras que aparecen se derivan del análisis estadístico de dicha encuesta, a menos que se indique lo contrario. En varias ocasiones se utilizan otras fuentes de datos para complementar los hallazgos de la Encuesta de Percepción Ciudadana o para agregar contexto (al comparar los resultados con las tendencias nacionales o estatales, por ejemplo); en estos casos se cita la fuente y se explica la metodología usada para interpretarlos.

La Séptima Encuesta de Percepción Ciudadana sobre Calidad de Vida fue realizada por Demoskópica México, organización especializada en la investigación y el levantamiento de la información mediante encuestas representativas estadísticamente, como ésta. El tamaño de la muestra fue de 2400 personas (52% mujeres y 48% hombres) de 18 años y más de edad que viven en los municipios de Guadalajara, El Salto, Tlaquepaque, Tlajomulco, Tonalá y Zapopan (los seis municipios que comprenden el Área Metropolitana de Guadalajara [AMG], registrando una población de 18 años y más de 3,567,550, de acuerdo con el CENSO 2020 de INEGI). Se realizaron 400 entrevistas en cada municipio en domicilios seleccionados al azar utilizando la técnica de muestreo probabilístico polietápico por conglomerados. Por lo tanto, los resultados de la encuesta son representativos a nivel municipal y también a nivel metropolitano, al momento de aplicar las ponderaciones correspondientes a los casos, según la población del municipio del que proviene.

La encuesta fue aplicada entre el 25 de septiembre y el 12 de octubre de 2020, con un cuestionario que contenía 71 preguntas y 174 variables, y recopila datos sociodemográficos de las personas encuestadas junto con sus percepciones sobre diversos temas, como la economía, la seguridad, la salud, la ciudadanía y los servicios públicos, entre otros. Los resultados de la encuesta tienen un nivel de confianza de 95% con un margen de error de +/- 2% a nivel metropolitano, mientras a nivel municipal el error se calculó de +/-5%.

Para el diseño de las preguntas se utilizaron diversas escalas en valor ascendente, principalmente la escala del 1 al 5, siendo 1 el valor más bajo y 5 el más alto. Para parte del análisis con variables demográficas se aplicó la norma de la AMAI del año 2011, que categoriza los datos por estratos socioeconómicos en alto, medio y bajo. En los lugares donde se muestran las distribuciones porcentuales de las respuestas, no siempre la suma de los porcentajes tiene como resultado 100% debido a que se han redondeado las cifras.

Asimismo, a menos que se indique lo contrario, las respuestas reportadas dejaron de lado el porcentaje de personas que no contestó o respondió que no contestaron o respondieron que no sabrían opinar.

Glosario de términos

Glosario de términos

Brecha – Medida aritmética que muestra la distancia entre mujeres y hombres con respecto a un mismo indicador. En el contexto del análisis con perspectiva de género, se utiliza para expresar la magnitud de las desigualdades existeantes entre los sexos en relación con las oportunidades de acceso, uso y control de los recursos económicos, sociales, culturales y políticos.

Desigualdad de género – Asimetría social entre mujeres y hombres. Históricamente, las mujeres han estado relegadas a la esfera privada y los hombres han tenido mayor participación en la esfera pública. Esta situación ha derivado en que las mujeres tengan un acceso limitado a la riqueza, a los cargos de toma de decisiones, a empleos remunerados en igualdad a la de los hombres, y en que sean tratadas de forma discriminatoria. La desigualdad de género se relaciona con factores económicos, sociales, políticos y culturales cuya evidencia y magnitud puede captarse a través de las brechas de género.

Diferencia sexual – Significado atribuido a las características corporales diferenciadas de los sexos, desde las cuales surgen las categorías binarias femenino/masculino. La diferencia sexual no sólo remite a las anatomías distintas, sino a subjetividades diferentes configuradas por componentes biológicos, históricos, psíquicos, discursivos y sociales. A partir de ésta, cada cultura define para mujeres y hombres destinos diferenciados, habilidades distintas, necesidades dispares, aspiraciones diferentes que, en la mayoría de los casos, generan tratos y oportunidades desiguales (Tinat, K. 2016).

Discriminación – Es dar un trato diferenciado o de inferioridad a personas o a grupos, a causa de su origen étnico o nacional, religión, clase social, edad, género, opiniones, preferencias políticas y sexuales, condiciones de salud, discapacidades, estado civil u otra causa. Discriminar quiere decir dar un trato distinto a las personas que en esencia son iguales y gozan de los mismos derechos; ese trato distinto genera una desventaja o restringe un derecho a quien lo recibe (CNDH, 2012).

Estereotipos de género – Son ideas construidas y reproducidas culturalmente en torno a las diferencias sexuales y de género. Por lo general los estereotipos sexistas tienden a minusvalorar a niñas y a mujeres, y a sobre valorar a niños y a hombres, sin que exista una razón para ello.

Género – El género de una persona es una construcción social y cultural de las diferencias sexuales, a partir de la cual se elaboran los conceptos de masculinidad y feminidad, lo que varía de un grupo social a otro y de una época a otra. El género determina en gran medida las relaciones entre los sexos.

Interseccionalidad – La dimensión de género se ve atravesada por otros ámbitos de discriminación y exclusión que impactan fuertemente en la vida de las niñas, las jovenes y las mujeres por edad, raza, etnia religión, estatus social o económico, orientación sexual, identidad de género. Dicho cruce de factores produce una doble o triple discriminación, que genera condiciones de mayor desigualdad para las mujeres.

Perspectiva de género – Es un instrumento para mirar la realidad, poniendo en cuestión las relaciones inequitativas y desiguales de poder que se establecen entre hombres y mujeres, y en las relaciones sociales. Es una metodología de interpretación que nos permite hacer un análisis crítico para identificar sesgos y condicionamientos de género de una manera integral, que intenta considerar las implicaciones económicas, políticas, psicológicas y culturales de las diferencias de género en las relaciones sociales.

Roles de género – Son tareas o actividades que, dependiendo el contexto social, se espera realice una persona en función del sexo al que pertenece. Los roles de género son conductas estereotipadas por la cultura, por lo tanto, pueden modificarse.

Sexo – Conjunto de características biológicas, físicas, fisiológicas y anatómicas que definen a los seres humanos como hombre y mujer.

Vulnerabilidad – En el contexto del género y la pobreza, se define como la exposición al riesgo latente de sufrir discriminación, maltrato y violencia de género, o bien sufrir alguna carencia económica y/o social que impida el pleno desarrollo de las personas.

Abreviaturas y acrónimos

Abreviaturas y acrónimos

AMAI: Asociación Mexicana de Agencias de Inteligencia de Mercado y Opinión AC.
AMG: Área Metropolitana de Guadalajara.
BID: Banco Interamericano de Desarrollo.
CEDAW: Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (por sus siglas en inglés).
CEEY: Centro de Estudios Espinosa Yglesias.
CNDH: Comisión Nacional de los Derechos Humanos.
EPCCV 2020: Encuesta de Percepción Ciudadana sobre Calidad de Vida 2020.
ENIF: Encuesta Nacional de Inclusión Financiera.
ENIGH: Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos en los Hogares.
ENOE: Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (Nueva Edición).
ENSU: Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana.
ENUT: Encuesta Nacional sobre el Uso del Tiempo.
IMSS: Instituto Mexicano del Seguro Social.
INEGI: Instituto Nacional de Estadística y Geografía.
ISSSTE: Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado.
JCV: Jalisco Cómo Vamos.
MIDE Jalisco: Monitoreo de Indicadores del Desarrollo de Jalisco.
MIPYME: Micro, pequeñas y medianas empresas.
MIT: Instituto Tecnológico de Massachusetts (por sus siglas en inglés).
NSE: Nivel socioeconómico.
OCDE: Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico.
ONC: Observatorio Nacional Ciudadano.
PEMEX: Petróleos Mexicanos.
PNUD: Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.
SISEMH: Secretaría de Igualdad Sustantiva entre Mujeres y Hombres.
STEM: Sigla en inglés referente a las carreras de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas. UNAM: Universidad Nacional Autónoma de México.
VPMRG: Violencia Política contra las Mujeres en Razón de Género.

Calidad de vida

Calidad de vida

Diversos estudios han documentado la influencia que tiene la desigualdad en la calidad de vida, felicidad y satisfacción en la vida de las mujeres. La Encuesta de Percepción Ciudadana sobre Calidad de Vida (EPCCV, 2020) refleja que ha existido una ligera mejoría o un proceso un tanto equitativo entre la felicidad y calidad de vida de las mujeres y la de los hombres en el Área Metropolitana de Guadalajara (AMG). Sin embargo, la satisfacción con la vida aún es calificada más alta por los hombres que por las mujeres.

A mayor edad, mejor es la calidad de vida de mujeres y hombres. En los grupos de 18 a 29 años, 30 a 44 y 45 a 59 las mujeres consideran más baja su calidad de vida que los hombres de las mismas edades. Solo en mayores de 60 años los hombres tienen una calidad de vida más baja que las mujeres.

El factor de la edad en las trayectorias de vida de las mujeres invita a considerar junto a los factores biológicos ligados al género y a la sexualidad, los patrones de socialización, los roles familiares, la doble y triple jornada que asumen las mujeres, las expectativas de cuidado que interfieren en las posibilidades laborales y los tipos de ocupación, que son generadores de desigualdades sociales de género e impactan directamente la percepción de la calidad de vida.

Paola Lazo

Las mujeres de nivel socioeconómico (NSE) medio y bajo tienen una considerable disminución de su calidad de vida con respecto a las mujeres de NSE alto.

Respecto de la vida afectiva o emocional, en promedio, las mujeres reportaron 4.1 y los hombres 4.2.

Los roles de género son un elemento que resulta determinante en la manera en que las mujeres y los hombres valoran distintos aspectos como esenciales en la vida. En este sentido, los afectos y las emociones son considerados indispensables para el bienestar de las mujeres, lo que puede explicar un grado de exigencia o expectativa distinta en razón de género.

Economía

Economía

En el rubro económico nos interesa revisar la participación de las mujeres en el plano laboral, sus ingresos y si existe una brecha de género respecto a estos temas.

De acuerdo con información del MIDE Jalisco, en dicha entidad, en el año 2019 el porcentaje de mujeres en situación de desempleo fue de 2.99%, registrando un incremento hacia el año 2020 con un 3.65%

Lo que sucedió con el empleo en 2020 es muy atípico debido al fenómeno pandémico que afectó especialmente a las mujeres (eso se vio más claramente en el tercer y cuarto trimestre del año, el primer trimestre aún no lo reflejaba).

Carolina Toro

En cuanto al grado de participación de las mujeres de 15 años o más en el mercado laboral, el porcentaje en 2020 en Jalisco fue de 45.71%, lo que representa una disminución respecto al año 2019 donde el porcentaje fue de 47.23% (Secretaría de Igualdad Sustantiva entre Mujeres y Hombres con datos de INEGI, Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo Nueva Edición (ENOEN, 2020)). Por lo tanto, la brecha de género entre la tasa de participación económica o laboral de mujeres y hombres al 2020 es de 32.24%.

Para 2020, en Jalisco, 72% de hombres superan a las mujeres en la generación de empleos, con respecto al total de generadores de empleos.

Las mujeres son propietarias de un tercio (36.6%) de los establecimientos micro, pequeños y medianos de manufacturas, comercio y servicios privados no financieros (MIPYMES). Y las mujeres propietarias contratan más mujeres para trabajar (dos mujeres remuneradas por cada hombre, y 86.1% de su personal permanece empleado durante todo el año[INEGI, 2020]).

Estos datos hacen visible el acceso diferenciado que las mujeres tienen a la propiedad y a ser dueñas de una empresa o negocio, y expresan el enfoque que usan al ser empleadoras, en el que buscan impulsar el desarrollo de capacidades de más mujeres, y la permanencia laboral de éstas para generar mayores condiciones de igualdad.

Paola Lazo

Ingresos

Para el IV trimestre de 2020, el porcentaje de población femenina ocupada fue de 96.35% (mujeres de 15 y más años que en la semana de referencia realizaron alguna actividad económica durante al menos una hora).

Existe una correlación positiva entre el incremento de la actividad productiva de las mujeres y el crecimiento económico. El Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, 2020) señala que los lugares de trabajo que tienen una representación equitativa de género son más productivos, cuentan con mejor ambiente laboral y ayudan a generar rendimientos financieros superiores en comparación con las empresas que carecen de esta diversidad.

Paola Lazo

Respecto a los ingresos que ellas perciben, el ingreso medio obtenido de la población femenina ocupada por hora trabajada al 2020 fue: $45.58, representando un aumento respecto a 2019 que se ubicó en $41.63.

Respecto al ingreso trimestral de mujeres y hombres, tanto en 2018 como en 2020 es mayor la remuneración de hombres que la de mujeres. Derivado de esto, la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos en los Hogares (ENIGH, 2020) registra la brecha salarial en Jalisco en 62.8%.

Desde un enfoque de género, la mujer tiene una posición de desventaja en el mercado laboral, resultado de una sociedad patriarcal que todavía coloca en una posición de subordinación a la mujer. La división de responsabilidades (la mujer cuida a las y los hijos y la casa mientras que los hombres son proveedores), permite explicar porqué las mujeres tienden a acumular menos capital humano en relación a los hombres. Antes de formar parte del mercado laboral, las mujeres tienen menos alternativas para elegir profesiones que el mercado laboral considera relevantes. Esta condición básica, que se perpetúa en la vida adulta, impacta sobre su menor experiencia acumulada en relación a los hombres, en el retiro anticipado de muchas de ellas y en el hecho que otro tanto sólo se inserte en forma temporal en ese mercado.

Paola Lazo

Un tema preocupante es que a medida en que las mujeres tienen más hijos, se observa una menor remuneración. Este ingreso promedio trimestral representa una diferencia de más del 35% en la percepción salarial de las mujeres con cuatro hijos, lo que se puede relacionar directamente con las tareas de cuidados y los tiempos reducidos para mantener un trabajo formal y bien remunerado.

Mientras que una diferencia relevante es que, en Jalisco, en el caso de las mujeres con posgrado existe evidencia de que ganan más que los hombres. (ENIGH, 2020) – Mujeres $65,600 – Hombres $61,762.

Esta brecha se va reduciendo a mayor nivel de estudios. En Jalisco pasa de 70.5% con algún año de secundaria a 43.0% con profesional completa o incompleta. A nivel nacional pasa de 74.7% con secundaria completa o incompleta a 41.0% con profesional completa o incompleta. Dichos datos reflejan la importancia de la formación y el desarrollo de capacidades de las mujeres, que sin duda puede abrir una mayor posibilidad de autonomía real para las mujeres.

En cuanto al ingreso familiar, en un recuento de información recabada por la EPCCV del año 2011 al 2020, las mujeres han afirmado encontrarse con mayores dificultades para que el ingreso les alcance, y, en consecuencia, un menor porcentaje de ellas tiene posibilidades de ahorrar.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (INEGI, 2018) existen menos cuentas para el retiro para mujeres que para hombres, y son diferentes los factores que hacen que para las mujeres el ahorro para el retiro implique más años: el que no sean remuneradas por las tareas domésticas y de cuidados, el que por falta de formación financiera sean menos arriesgadas en este tipo de inversiones, ocupan menos cargos directivos -que son mejor pagados- y viven más años que los hombres.

También ha sido mayor el porcentaje de mujeres que se han preocupado por que los alimentos se acaben en el hogar (tres meses previos a la aplicación de la EPPCV, tanto en los años 2016, como 2018 y 2020). Cabe mencionar que tanto mujeres como hombres se preocuparon por sus ingresos en mayor medida en el año 2020, lo que podemos vincular a la crisis económica derivada de la pandemia de Covid -19 en México y el resto del mundo.

El Foro Económico Mundial ha advertido que, a raíz de la pandemia, las brechas de género se han profundizado y que, en muchos ámbitos, la economía ha retrocedido a niveles de 2008. Al ritmo actual, lograr la paridad económica en el mundo nos llevará 257 años. Es decir, casi tres siglos para que hombres y mujeres alcancen el mismo índice de ocupación, reciban la misma remuneración por el mismo trabajo y tengan igual acceso a los puestos de liderazgo y dirección. Parece evidente la necesidad de un cambio estructural.

Paola Lazo

Preocupa la precarización salarial de las mujeres cuyo salario no es suficiente para satisfacer las necesidades de su hogar y que, además, les coloca en imposibilidad para generar ahorro. Seguramente, este dato será mucho más fuerte si pudiéramos conocer la percepción y situación de las mujeres que dirigen hogares en soledad (el segmento así llamado “jefas de familia”).

Érika Loyo

El Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY) que elabora el Informe de Movilidad Social en México, define a la movilidad social como “los cambios que experimentan las personas en su condición socioeconómica”. La movilidad social es impactada directamente por la desigualdad, pues tiene que ver con las posibilidades de que las personas salgan de la posición social en que nacieron, sobre todo de manera ascendente. De 2016 a 2020 las mujeres, si bien alrededor de 40% indican que su posición es más alta que la de sus padres, en un mayor porcentaje que el de los hombres han indicado que tienen una posición más baja que la posición de sus padres; esto se acentuó más en 2018. Lo anterior indica que su movilidad social ha sido más baja, e incluso, descendente, que la de los hombres.

Los avances hacia la igualdad entre hombres y mujeres son excesivamente lentos, y las mujeres siguen teniendo más probabilidades de ser pobres que los hombres. En todo el mundo, las mujeres ganan menos y se concentran en los empleos peor remunerados y más precarios. La brecha salarial de género a nivel mundial es del 16% y de acuerdo con datos de Oxfam (2020), en México esta brecha es de un 20%, lo que significa que las mujeres tendrían que trabajar meses de 35 días, para ganar lo mismo que los hombres. La diferencia se profundiza entre mujeres que viven realidades y contextos de mayor vulnerabilidad, como son las mujeres indígenas, jornaleras y migrantes (el 58% de las personas en situación de vulnerabilidad laboral son mujeres).

Paola Lazo

Todo lo anterior puede tener relación con que en el año 2020 las expectativas de las mujeres sobre su situación económica sean más bajas.

Inclusión financiera y bancarización

La inclusión financiera se considera una herramienta para aumentar la calidad de vida.

“Ésta contribuye al crecimiento económico y al bienestar, ya que dota a las personas y empresas de herramientas para mejorar el manejo de su liquidez, prepararse y superar alguna emergencia económica, alcanzar metas financieras y aprovechar oportunidades, y tener mayor control sobre sus

finanzas; es decir, para lograr una mejor salud financiera”

-Política Nacional de Inclusión Financiera (2020-2029).

De acuerdo con el estudio Los servicios financieros en México con perspectiva de género: Avances y áreas de oportunidad realizado por el PNUD en 2020, la inclusión y salud financieras pueden ser componentes fundamentales para avanzar hacia la igualdad de género, en virtud de que incrementan los ingresos de las mujeres, su poder adquisitivo y su calidad de vida, y disminuye las posibilidades de que sean violentadas.

Además, Sarma y Pais (2011) señalan que las exclusiones en el sector financiero, que afectan a las poblaciones ya marginadas en otras dimensiones, las empujan a recurrir a fuentes de crédito de carácter informal, que pueden resultar abusivas y que incrementan notablemente el costo del dinero, colocando a dichas poblaciones en una trampa de pobreza, situación en la que constantemente se encuentran las mujeres.

En los últimos años, México ha tenido avances considerables en materia de inclusión financiera, sin embargo, en comparación con la media mundial, el país aún tiene un rezago importante en el porcentaje de personas con cuentas y brechas de género en los servicios financieros.

En el 2017, 41% de los hombres reportó tener una cuenta bancaria; y las mujeres un 33%. Mientras que, la brecha de ahorro en una institución financiera es de 4 puntos (12% hombres, 8% mujeres).

Otro factor que afecta en la demanda de productos financieros por parte de las mujeres es la escolaridad, ya que, a menos nivel de escolaridad, menos posibilidades tienen de contar con una cuenta bancaria.

El poco acceso que las mujeres tienen a diferentes productos o servicios financieros, también es una problemática, ya que eso impide que tengan menor capacidad de ahorro en instrumentos formales. De acuerdo con la ENIF (2018), el porcentaje de población de 18 a 70 años con algún producto financiero arroja que, a nivel nacional los hombres tienen 72%, en tanto que las mujeres llegan a 65 por ciento. Ante este contexto, es indispensable que los Estados garanticen inclusión financiera con perspectiva de género. Es decir, que verdaderamente otorguen mejores oportunidades y herramientas financieras a las mujeres para su pleno acceso a derechos y recursos económicos. La libertad financiera permite tomar libremente otras decisiones.

La formación y desarrollo de habilidades y capacidades resulta fundamental en este proceso, por ello la PNUD (2020) señala la urgencia de generar de programas y políticas públicas que impulsen la educación financiera de las jóvenes y las mujeres, de manera que tengan los conocimientos necesarios para tomar sus propias decisiones en relación al uso que pueden darle a su dinero y a sus recursos.

Paola Lazo

Salud

Salud

La salud es una dimensión importante para la calidad de vida de las personas. Las sobrecargas de género incrementan la percepción de síntomas de malestar, cansancio y enfermedad, lo que repercute directamente en la calidad de vida de las mujeres. La interacción dinámica entre los procesos biológicos y ambientales y la indudable mayor vulnerabilidad de muchas mujeres ante los cambios del entorno se corresponde con una mayor intensidad en la percepción de los síntomas de estrés y enfermedad, generando una serie de limitaciones que impactan su vida cotidiana.

De 2018 a 2020, la EPCCV documenta que existen diferencias entre la satisfacción con la salud que tienen las mujeres y la que tienen los hombres, siendo mayor la satisfacción de estos, tanto en 2018 como en 2020.

Respecto del tipo de servicios que utilizan mujeres y hombres, llama la atención que, aunque ambos dicen utilizar más servicios de salud pública como el IMSS, ISSSTE, MILITAR Y PEMEX, es mayor el porcentaje de hombres que los usan.

El Indicador Mujeres de la Organización Acción Ciudadana Frente a la Pobreza (2020) señala que en muchos casos las mujeres que logran pasar la barrera de la exclusión y acceden a una ocupación, lo hacen en condiciones precarias, sin seguridad social, sin contrato estable, sin afiliación sindical y sin prestaciones.

Paola Lazo

Las mujeres, y sobre todo las mujeres jóvenes usan más la consulta con personal médico privado y el de farmacia. Los cuales, aunque tienen características de servicio privado, tal vez pudieran tener diferentes características de acceso y costo.

El acceso a la salud sigue estando estrechamente vinculado al empleo formal. En esa medida el tipo de acceso a salud de las mujeres está relacionado con el mercado laboral al cual pueden insertarse. Si las mujeres se emplean en gran medida en empleos informales, autoempleos (los cuales les permiten conciliar sus responsabilidades de cuidado) difícilmente podrán acceder a instituciones de salud como IMSS; ISSSTE, etc.)

Paola Lazo

El uso de ciertos servicios de salud también puede depender de la cantidad de mujeres que tiene empleos formales y por tanto acceso a servicios de salud. Es importante señalar que las mujeres que tienen empleos informales no tienen acceso a este servicio y por tanto recurren más al servicio de farmacias.

La evidencia nos muestra que el llamado “gasto de bolsillo” en los servicios de salud a través de los consultorios y servicios de consulta en farmacias, es más alto en las mujeres, sobre todo las mujeres jóvenes.

Érika Loyo

Entendiendo a la importancia de que como comunidad empecemos a hablar más sobre la salud mental, en la EPCCV 2020 se incluyeron algunas preguntas que nos permitan empezar esta reflexión.

Una de las preguntas cuestiona qué tanto los sentimientos de tristeza o depresión influyen en la vida diaria de las personas. Al respecto, al revisar los resultados de la EPCCV 2020 se observa que un porcentaje mayor a 20% tanto de mujeres como de hombres afirman que los sentimientos de tristeza o depresión influyen “bastante o mucho” en su vida diaria. Cabe mencionar que el porcentaje de mujeres es mayor al de los hombres que mencionan lo anterior. En promedio, en escala del 1 al 5 las mujeres registran 2.6 y los hombres 2.2.

Algunos sentimientos son más reconocidos por mujeres que por hombres. Los hombres se suelen acostumbrar a vivir con malestares al considerar que con esto evitan feminizarse.

Norma C. Gutiérrez Y Juan Carlos Ramírez

Los estudios en torno a los modelos de masculinidad han demostrado que la escasa preocupación en términos de atención y prevención de los hombres con relación a su salud, tiene una correlación directa con el modelo de masculinidad tradicional. Preocuparse por la salud está más enlazado con los conceptos sobre feminidad que con los parámetros y componentes de la masculinidad tradicional.

Érika Loyo

Otra de las preguntas de la EPCCV 2020 tiene que ver con la frecuencia en que las personas se han sentido ansiosas. La ansiedad es un factor determinante en la salud mental de las personas, por lo que es importante revisarla en el plano de su calidad de vida. En el año 2020, 27.8% de las mujeres encuestadas por la EPCCV en el AMG, refirieron que en el mes previo a la aplicación de la encuesta (septiembre – octubre) se sintieron “bastante o muy” ansiosas. Mientras que el porcentaje de hombres fue de 16.9%.

Los factores anteriores pueden tener relación con que casi 5 de cada 10 mujeres dicen estar “algo o muy” preocupadas por su salud. A diferencia de 4 de cada 10 hombres.

Una probabilidad de que los hombres se preocupen menos por su salud, es que esto se vincule a la labor de cuidados que generalmente se inclina hacia las mujeres, no solo a sus hijos sino hacia sus propias parejas.

Las labores de cuidados, y la manera en que se asumen y se conciben como responsabilidad casi exclusiva o primordial de las mujeres es un factor determinante para la doble o triple jornada que experimentan las mujeres, lo que conlleva en muchos de los casos a una sobre carga emocional, estrés, agotamiento y riesgos para su salud.

Otro aspecto importante de mencionar es el porcentaje de embarazos adolescentes en el estado de Jalisco, el cual en 2020 se registró en 15.1%, lo que significó una disminución respecto a 2019 cuando el porcentaje era de 16.27%. Cabe mencionar que, aunque aún la cifra es muy preocupante, desde 2015 se ha registrado un descenso, de acuerdo con información del MIDE Jalisco.

Sin embargo, resulta importante considerar que entre los países que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), México presenta 64 casos de embarazo adolescente por cada mil adolescentes, lo cual lo posiciona en el primer lugar dentro del Índice de Embarazos Adolescentes. Según el INEGI, 1 de cada 5 nacimientos son de mujeres menores de 19 años. Además, diariamente hay 17 nacimientos de madres de entre 10 y 14 años (Morales Rojas, 2021).

En el ámbito subnacional, Jalisco se encuentra en el quinto lugar del país con mayor número de embarazos en niñas de 10 a 14 años de edad.

Educación

Educación

La educación es uno de los rubros en donde más se ha reducido la brecha de oportunidades entre hombres y mujeres. Sin embargo, es importante considerar que la EPCCV aún refleja la existencia de menor satisfacción con la educación que tienen las mujeres respecto de los hombres en el Área Metropolitana de Guadalajara.

Al observar la satisfacción por grupos de edad, se percibe que, a mayor edad, menor es la satisfacción con su educación tanto de hombres como de mujeres. Y que la brecha por género se identifica en los grupos de edad más grandes, a diferencia de los jóvenes, en donde, por ejemplo, en el grupo de edad de 18 a 29 la satisfacción de las mujeres con su educación es ligeramente mayor a la de los hombres.

Respecto del tipo de servicios que utilizan mujeres y hombres, llama la atención que, aunque ambos dicen utilizar más servicios de salud pública como el IMSS, ISSSTE, MILITAR Y PEMEX, es mayor el porcentaje de hombres que los usan.

Esta menor satisfacción puede estar relacionada con las expectativas que tienen en cuanto a lo que podrán desarrollar o lograr las mujeres, y con lo que esperan dar de sí mismas en este proceso. No basta con tener derecho a la educación y alcanzar cifras más equitativas en la participación educativa de las mujeres, se requiere también que ésta sea de calidad, y significativa, al responder a sus necesidades e intereses.

Paola Lazo

Las mujeres son más exigentes con su desempeño escolar.

Norma C. Gutiérrez Y Juan Carlos Ramírez

Por nivel socioeconómico, quienes están menos satisfechas con su educación son las mujeres de nivel socioeconómico bajo. En este nivel hay una ligera diferencia entre la satisfacción de las mujeres y la de los hombres.

Por nivel socioeconómico, quienes están menos satisfechas con su educación son las mujeres de nivel socioeconómico bajo. En este nivel hay una ligera diferencia entre la satisfacción de las mujeres y la de los hombres.

Diversos estudios señalan la relación entre nivel socio económico bajo, y un acceso a procesos educativos de menor calidad, así como un contexto social más complejo que impide que las niñas y las jóvenes puedan dedicarse de lleno a sus estudios, obteniendo el mejor aprovechamiento de su proceso educativo. Se trata de un indicador que invita a las autoridades de los tres niveles de gobierno a focalizar acciones para generar condiciones equitativas en el acceso a una educación incluyente y de calidad.

Paola Lazo

Un dato a considerar es que la brecha entre mujeres y hombres analfabetas de 15 años o más ya es mínima para el año 2020.

Respecto a las carreras que estudian las mujeres y hombres, aún sigue existiendo una brecha principalmente en las carreras STEM (Sigla en inglés referente a las carreras de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas).

De acuerdo con información reportada en 2019 por la Academia Mexicana de Ciencias, una mujer por cada diez hombres estudia carreras como Física. Una diferencia muy similar existe entre quienes estudian Ingeniería.

En 2019, la UNAM reportó que, si bien la matrícula en toda la universidad era mitad y mitad, en carreras como Matemáticas e Ingenierías solo había un 19% de mujeres.

Un reporte de ONU Mujeres muestra que México aún presenta un bajo porcentaje de mujeres graduadas de Ingenierías y carreras sobre Tecnologías de la información y la comunicación, en comparación con otros países latinoamericanos.

Además, la investigación Mujeres eligiendo carreras STEM, realizada en 2020 con el objetivo de medir el impacto del Programa Desarrollo de Talento STEM en jóvenes de bachillerato público y privado, mostró que, en México, 38% de las mujeres estudian carreras STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas); pero en edades tempranas apenas 9% de las jóvenes por 28% de hombres manifiesta interés en estudiar ciencias o ingeniería. Dicho estudio también menciona que al reducir la desigualdad de género en áreas de ciencia y tecnología, México incrementaría su productividad científica entre 17% y 20%.

La escasa presencia de mujeres estudiantes en carreras STEM está vinculada a factores asociados con la discriminación y los estereotipos arraigados en la sociedad, las escuelas y las familias, que inhiben el desarrollo de habilidades para el razonamiento matemático, el pensamiento analítico y la capacidad de abstracción desde edades tempranas. Hace falta seguir co-educando desde preescolar hasta bachillerato de manera que tanto niños como niñas se sientan motivados y estimulados hacia el descubrimiento de las ciencias exactas y tecnológicas.

Paola Lazo

Tiempo libre

Tiempo libre

Tener tiempo libre (y una vida de calidad con disfrute de éste) es fundamental para el bienestar de las personas. Para las mujeres representa un tema muy importante debido a los cuidados y responsabilidades que se le asignan desde la sociedad como estereotipos o patrones propios de su género.

Al revisar los resultados de la EPCCV 2018 y 2020 se encuentran diferencias entre la satisfacción que tienen con el tiempo libre las mujeres y los hombres, y es más baja la satisfacción de ellas.

Al respecto, la Encuesta Nacional sobre el Uso del Tiempo (ENUT) realizada por el INEGI y cuya actualización más reciente es de 2019, muestra que, en dicho año, a nivel nacional el 67% del tiempo de trabajo de las mujeres era dedicado al trabajo no remunerado en hogares.

A nivel nacional, en promedio las mujeres trabajan 6.2 horas más que los hombres, según el tiempo total de trabajo no remunerado en hogares. Y en Jalisco, la brecha de género en el tiempo total de trabajo a la semana de la población de 12 años y más es de -5.6.

En general, en todos los casos en que la ENUT la mide, la tasa de participación de mujeres en trabajo no remunerado es mayor que en el caso de hombres.

Estos datos reflejan una brecha de género que tiene fuertes raíces culturales y que impacta directamente en el goce y la calidad de vida de las mujeres: menos tiempo libre para ellas, menos autonomía en el manejo de sus tiempos, más estrés y menor satisfacción personal, situación que se ha agravado profundamente a raíz de la pandemia.

Paola Lazo

La propia ENUT 2019, aplicada antes de la pandemia por Covid-19, ya mostraba una preocupante brecha de género a nivel nacional en el promedio de Tiempo No Remunerado en el Hogar, pues en total, considerando cuidados pasivos (cuidar o estar al pendiente de alguien mientras haces otra cosa), las mujeres dedicaban en promedio 15.9 horas semanales más al cuidado que los hombres. Esto, con la pandemia, seguramente tuvo aumentos considerables.

En relación al uso del tiempo resulta interesante comparar la forma en que se invierte el uso del tiempo entre mujeres y hombres en México. Mientras que las mujeres destinan menos de la mitad del tiempo total a la semana de lo que los hombres destinan al mercado laboral; ellas destinan más del doble del tiempo que los hombres destinan al trabajo no remunerado de los hogares.

Carolina Toro

Espacios públicos y movilidad

Espacios públicos

Tanto mujeres como hombres califican de manera similar las condiciones de los principales espacios públicos en el Área Metropolitana de Guadalajara.

Sin embargo, en un recuento de la EPCCV realizado durante 10 años, la tendencia ha sido que es mayor el porcentaje de mujeres que refieren que “no tiene(n)” espacios como unidades deportivas o ciclovías cerca de sus casas. Cabe mencionar que de 2018 a 2020 las respuestas de las mujeres reflejaron una ligera mejoría en cuanto a parques, plazas, mercados, unidades deportivas y ciclovías.

Las mujeres perciben el espacio público con relación a su sensación de seguridad y libertad, así como a la posibilidad que estos espacios generan de cuidados, en este sentido su mirada es más precisa y crítica, con base en sus necesidades y las de su familia y personas a su cargo.

Paola Lazo

De 2018 a 2020 las mujeres reflejan una mejoría en cuanto al uso de parques, plazas, mercados, unidades deportivas y ciclovías; pequeña, pero notoria. El derecho a la ciudad se refleja también en mayor movilidad, uso y disfrute de espacios públicos.

Guadalupe Morfin

También llama la atención que, en el caso de espacios como mercados y parques, conforme han pasado los años, partiendo de 2011, ha aumentado el porcentaje de personas que indican que “no tienen” dicho espacio, lo que podría estar vinculado a una mayor conciencia respecto a que es un derecho el contar con ese tipo de espacios.

De alguna manera, el que las mujeres estén menos satisfechas con los parques puede tener que ver con que ellas suelen llevar a sus niños al parque y por tanto tener mayor conocimiento del estado en que se encuentran.

Norma C Gutiérrez Y Juan Carlos Ramírez

Movilidad

Del 2011 al 2020 se ha constatado la diferencia entre el medio de transporte que las personas utilizan en el AMG para desplazarse a su trabajo, escuela y diversas actividades. En este periodo, las mujeres son quienes más usan el transporte público para dichos traslados, mientras que los hombres son quienes más usan el vehículo particular. Llama la atención que las mujeres dijeron usar menos el camión en 2020 que en 2011, por lo que queda en duda si esto se podría deber a que están usando más algún otro medio de transporte (por ejemplo, en este periodo se registra un aumento en el uso de vehículo particular de un 9%), o su movilidad se redujo a consecuencia de la pandemia.

Las mujeres están usando 8% menos el camión en 2020 que en 2011. Cabe preguntarse si es porque usan más las ciclovías, o si es porque se desplazan menos.

Guadalupe Morfin

Un factor que se observa como una constante al analizar las condiciones sociales en que viven las mujeres es la falta de posesión de bienes materiales propios, los que comúnmente son propiedad de los hombres de la familia. Esta situación está directamente relacionada con la pobreza de las mujeres, con la falta de control de los recursos, baja autonomía e imposibilidad de tomar sus propias de decisiones.

Paola Lazo

Una tendencia que se observa durante los años en que se ha aplicado la EPCCV, es que las mujeres califican mejor el estado y servicio del transporte público, lo cual puede tener mucha relación con el uso constante que ellas le dan al mismo. Sin embargo, son más las mujeres que se sienten inseguras en el traslado.

La mayoría de los viajes que realizan los hombres del AMG son pendulares (ida y vuelta).

Las mujeres suelen realizar viajes encadenados, es decir, dividen sus viajes en una diversidad de actividades durante todo el día. Las mujeres utilizan el transporte público en mayor medida que otros modos de transporte. Aquellas con menores ingresos son quienes utilizan más el transporte público y menos el transporte privado.

Además, debido a la distancia y la extensión de los viajes, la mayoría de los y las habitantes de la periferia, completan sus viajes caminando. Las mujeres de la periferia caminan en una mayor medida respecto de los hombres. (Estudio “Ciudades del Futuro” impulsado por la Embajada Británica en 2020).

Paola Lazo

Lo anterior también puede estar relacionado con el tipo de trayecto que hacen: a diferencia de los hombres las mujeres suelen tener trayectos cortos pero en forma de estrella, mientras que los hombres los hacen de forma lineal.

Érika Loyo

Seguridad

Seguridad

La seguridad es un elemento de suma importancia para la calidad de vida y el tejido social.

A lo largo de los últimos años la inseguridad general se ha recrudecido, y la violencia contra las mujeres se ha incrementado y se externa a través de diferentes fenómenos, principalmente en los que se evidencia en los delitos contra la integridad física.

La EPCCV documenta lo anterior, en las últimas dos encuestas han sido las mujeres quienes han respondi- do en mayor proporción que sienten que vivir en esta ciudad es “poco” o “nada” seguro, teniendo porcen- tajes más altos en 2018, 58.8% y 53.5% en 2020.

De acuerdo con el Estudio de incidencia de Violencia Contra las Mujeres en el estado de Jalisco, realizado por Demoskópica México y la SISEMH en 2020, en el que se refleja la percepción de seguridad que tienen las niñas y adolescentes entre 10-14 años de edad, ellas expresan sensación de inseguridad en la escuela (37% han sido testigos de golpes o agresiones físicas contra otras niñas y 60% han sido ofendidas o se les han dicho groserías), en la casa (40% las han pellizcado, jalado el cabello o golpeado; a 30% las han ignorado, y a 7% les han dicho frases groseras o de tipo sexual sobre su cuerpo) y en las calles (39% se sienten inseguras en el transporte público; 44% se sintieron perseguidas o vigiladas, y 25% vieron o escucharon que agredían o golpeaban a alguna de sus vecinas).

En cuanto a la colonia donde viven, la EPCCV 2020 muestra que, sumando las respuestas de “nada” y “poco” seguro, las mujeres perciben en mayor proporción la inseguridad en su colonia con 43.8% mientras los hombres 40.2%.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) realizada por el INEGI, el porcentaje de la población de 18 años y más que durante diciembre de 2020 se sintió insegura en su ciudad es alta en el AMG; el municipio donde más inseguras se sintieron fue Guadalajara. A excepción del municipio de Tlaquepaque, en los demás municipios que incluye la encuesta para Jalisco, las mujeres perciben mayor inseguridad que los hombres.

Llama la atención la brecha en la percepción de inseguridad. Los municipios en donde hay una mayor diferencia en esta percepción entre mujeres y hombres son Puerto Vallarta y Tlajomulco. Tal vez se pueden asociar con otros fenómenos.

Carolina Toro

Además, la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) también pregunta a las personas sobre si han cambiado ciertos hábitos debido al factor de inseguridad. Para el IV trimestre de 2020, las mujeres han modificado más algunos hábitos respecto a los hombres. El hábito que más han dejado ha sido el llevar cosas de valor como joyas, dinero o tarjetas de crédito. Y en el hábito que existe una mayor brecha entre mujeres y hombres es en caminar por los alrededores de su vivienda pasadas las ocho de la noche, lo cual puede estar relacionado con la iluminación de los espacios públicos y la presencia de autoridades de seguridad.

Existe una marcada diferencia en el sentido de seguridad entre mujeres y hombres, así como una falsa división entre la violencia de género (machista) y la violencia derivada del crimen organizado. Sin embargo, ambas se ven atravesadas por asimetrías, desigualdades, desventajas que generan impactos negativos en la vida de las mujeres.

Paola Lazo

A excepción de los años 2014 y 2013, los demás años en que se ha levantado la EPCCV, los hombres son quienes afirman haber sido víctimas en mayor medida que las mujeres. A quienes respondieron “sí”, en la EPCCV 2020, de ambos sexos, se les preguntó qué tipo de delito habían sufrido, y en su mayoría, tanto en mujeres como en hombres es el robo el que predomina en las respuestas. El segundo delito, en el caso de las mujeres, fue fraude, y lesiones en el caso de los hombres. En cuanto a las denuncias de dichos delitos, llama la atención que todos los años de la EPCCV, los hombres son quienes más denuncian; esto pudiera ser por la poca accesibilidad de las mujeres a los servicios vinculados con la justicia, y esto es relevante al implicar un derecho universal de acceso a la justicia; sobre todo en el caso de los delitos contra la integridad (de acuerdo al catálogo de delitos del Código Penal), se debe promover una cultura de denuncia que incluya el fortalecimiento de las condiciones institucionales.

Se ha hecho público cómo en los Centros de Justicia para las Mujeres las víctimas que denuncian sufren cuellos de botella, tratándose de violencia de género. También habría qué ver cómo están o no funcionando otras dependencias como las áreas de Fiscalía que reciben denuncias por fraude o robo, y qué significó la cerrada de los juzgados varios meses en el inicio de la pandemia sin que se activaran vías virtuales o cibernéticas para una justicia ágil. Esa parálisis pudo haber tenido consecuencias graves.

Guadalupe Morfin

La violencia sexual que ocurre en el espacio público como las calles, el transporte público, o los parques, además de vulnerar la integridad física y psicológica, se manifiesta también en una serie de barreras para muchas mujeres y niñas en el acceso a sus derechos y disfrute de su derecho a la ciudad libres de violencia.

Paola Lazo

Debido a que la procuración de justicia se encuentra en peor situación cada año y la violencia cada vez prolifera más entre la sociedad, se ha demostrado que las personas están dispuestas a hacer justicia con sus propias manos; aunque dicha situación se evidencia en mayor medida en hombres. Las mujeres muestran ser menos propensas: esto se documenta a través de la EPCCV 2020 con la pregunta: En caso de ser víctima de un delito, “¿haría justicia por su propia mano?” 33.8% de los hombres responden que sí y solo 18.7% de las mujeres responden en sentido afirmativo; pero es de remarcar que no es una cifra menor. 2 de cada 10 mujeres estarían dispuestas a hacerse justicia con su propia mano.

Resulta pertinente señalar que esta menor “propensión” de las mujeres a la revancha o venganza física, tiene una relación directa con el mandato social de la feminidad, que justifica como “natural” la violencia física en los hombres, y la califica como “no deseable o innatural” en las mujeres, acto que debiera ser inadecuado para todas las personas independientemente de su género, desde una visión de paz y de derechos humanos.

Paola Lazo

Otro aspecto relevante en cuanto a la seguridad y que tiene relación con hacer justicia por propia mano, es el fenómeno de la portación de armas, con el cual las mujeres están menos de acuerdo que los hombres. 37.8% de los hombres respondieron estar muy o algo de acuerdo con la posesión y portación de armas por parte de ciudadanos para su defensa personal y de su familia, y en el caso de las mujeres fue solo 26.7%.

Violencia de género

Según los reportes que realiza Jalisco Cómo Vamos en coordinación con el Observatorio Nacional Ciudadano (ONC), los delitos contra la vida y la integridad de las mujeres muestran cifras preocupantes. La tasa de los feminicidios respecto del total de la población tuvo un aumento en 2020 de 7.14.

En cuanto al delito de violación, las carpetas en el año 2020 tuvieron una reducción respecto al 2019, pero aún presentan datos preocupantes.

Es preciso mencionar que estos datos sobre carpetas de investigación hay que tomarlos con mesura dado que, por la pandemia, los procesos de denuncia y de apertura de carpetas pudo haberse afectado.

Un dato preocupante sobre violencia contra las mujeres es la violencia de género en el plano familiar. La Secretaría de Igualdad Sustantiva entre Mujeres y Hombres (SISEMH) tiene registro en el Reporte Anual del Código Violeta de las denuncias por violencia familiar en Jalisco, que para el año 2020 el promedio mensual fueron 991, registrando un aumento respecto de 2019 cuando el promedio mensual fue de 921. Por lo tanto, en 2019, el promedio de denuncias diarias fue de 30, y en el año 2020 de 33.

De acuerdo con la ENDIREH (2016) sólo el 9% de las mujeres víctimas de violencia pide ayuda y/o denuncia, por lo que el incremento de denuncias en los últimos años puede significar que más mujeres son víctimas de esta violencia -hecho que fue observado como un factor común en la mayoría de los países durante la pandemia- aunque este incremento puede también relacionarse con el hecho de que más mujeres están pudiendo denunciar.

Otro indicador de la violencia en razón de género (violencia contra la mujer, violencia familiar y violencia de pareja) son los reportes de emergencia realizados al 911, que desde el inicio del confinamiento se han registrado al alza. El mayor incremento se dio en 2019 donde las llamadas crecieron 73%. En 2020 se registraron 68,695 llamadas totales; 20% más que en 2019, registrando un promedio diario de 188.

Llama la atención que la categoría que más creció en las llamadas fue la de violencia de pareja, hecho que diversos estudios relacionan con las condiciones a las que se vieron expuestas las mujeres durante el confinamiento en pandemia, al tener que vivir las 24 horas del día con un posible agresor.

Paola Lazo

Una herramienta importante para que el Estado proteja a las mujeres víctimas de situaciones de violencia son las medidas y órdenes de protección.

A partir de información de la SISEMH, al inicio de la pandemia (4 primeras semanas de confinamiento), se emitían alrededor de 230 a 270 medidas de protección semanales. A partir de la 5ta. semana, se rebasó el umbral de las 300 medidas emitidas, número que se siguió incrementado de manera sostenida.

En 2020 se emitieron 17,464 medidas de protección. 48 medidas diarias en promedio. 2 medidas emitidas cada hora.

Lo anterior refleja, por un lado, el recrudecimiento de la violencia contra las mujeres en todos los ámbitos de la sociedad, sobre todo en la familia. Lo cual mostró un lado muy preocupante durante el confinamiento por la pandemia del Covid -19 en el Área Metropolitana de Guadalajara, el estado de Jalisco y a nivel nacional, por lo que es urgente profundizar en la reflexión social sobre esta problemática, además de proporcionar los recursos y capacidades institucionales a los distintos niveles de gobiernos para atender la situación de manera efectiva.

Sin duda el fortalecimiento de las capacidades institucionales para asegurar procesos y ciclos de atención con empatía, calidez, calidad y eficacia son un elemento clave para garantizar la seguridad y la vida de las mujeres y niñas, así como su acceso a la justicia a través de un Modelo y Protocolo de Atención Integral homologado a nivel estatal para disminuir paulatinamente la violencia en razón de género.

Una alternativa de solución que se ha implementado para atender dicha situación han sido los centros de justicia, refugios y módulos de atención para mujeres, cuyos servicios pueden incluir iniciativas de prevención para identificar si la persona está viviendo algún tipo de violencia, así como acciones de contención a partir de la denuncia y seguimiento a los casos.

Actualmente, en Jalisco la SISEMH cuenta con 10 unidades de atención especializada y apoyo en acciones de denuncia y seguimiento de casos. También con una unidad móvil que tiene cobertura itinerante en la Región Centro de Jalisco.

Asimismo, hay otras instituciones estatales que atienden a las mujeres con distintos servicios, tal es el caso del DIF Jalisco que tiene 3 módulos de atención, y las Secretarías de Salud Jalisco, Secretaría de seguridad Jalisco y el Centro de Justicia para las Mujeres. Actualmente existe un Centro de Justicia para las Mujeres en Guadalajara y otro en Puerto Vallarta.

Ciudadanía

Discriminación

La discriminación es un factor social que limita las oportunidades para el desarrollo de las personas.

En cuanto a discriminación, la EPCCV 2020 documenta distintos aspectos por los cuales las personas encuestadas se han sentido discriminadas o maltratadas los últimos 12 meses. Si comparamos lo que respondieron mujeres y hombres son ellas quienes afirman haber sentido en mayor medida estas prácti- cas por su género, su preferencia sexual, su estado civil y su edad.

En cuanto a distribución porcentual, los aspectos que son más mencionados son: la apariencia física, el género y el nivel económico o social.

Tanto en 2018 como en el 2020, se observa una percepción de mayor discriminación hacia las mujeres, tanto por apariencia física como por género, por edad y estado civil. Y en cuanto a distribución porcentual, en ambos periodos la apariencia física es el aspecto por el que han sido más discriminadas las personas, seguido por el nivel económico y social.

Distintos estudios basados en la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer (CEDAW) señalan que la dimensión de género se ve atravesada por otros ámbitos de discriminación y exclusión que impactan fuertemente la vida de las niñas, las jóvenes y las mujeres. Este cruce de factores se denomina “interseccionalidad” y explica cómo este proceso produce una doble o triple discriminación, que genera condiciones de mayor desigualdad para las mujeres.

Paola Lazo

Igualdad

Como parte de la EPCCV se pregunta la percepción de las personas sobre igualdad, a partir del propio criterio de las personas.

De acuerdo con información recabada por la EPCCV 2020 en el AMG en los años 2018 y 2020, las mujeres están menos satisfechas con la igualdad que existe en la ciudad.

Participación política de las mujeres

La participación ciudadana es parte esencial del ejercicio democrático y un indicador del interés en lo público. Sin embargo, en el caso de los tapatíos, la participación en instituciones sociales y/o política es mínima. Existen diferencias en cuanto al sexo; en las siete ocasiones en que se ha levantado la encuesta, las mujeres afirman pertenecer (o participar) más que los hombres. En el caso de las mujeres se evidencia en la “asociación de colonos o junta vecinal o asociación de padres de familia o exalumnos”, así como en cuanto a “iglesia, parroquia o grupo religioso”; en el caso de los hombres en “Partido político/Organización política”.

La participación de las mujeres en partidos u organizaciones políticas tiene estrecha relación con los roles de género asignados, al encargarnos las mujeres de los asuntos de los hijos en la escuela, de la resolución de problemas comunitarios que afectan las viviendas y otros temas cercanos al núcleo familiar o al hogar. La menor participación en organismos no gubernamentales o en Partidos políticos se refleja en menor representación política y menor participación en espacios de decisión.

Carolina Toro

La diferenciación de datos hace visible la manera en que la socialización de género impacta la forma en que las mujeres y los hombres participan de la vida pública y comunitaria, y cómo ellas lo hacen desde una visión de cuidado, solidaridad, beneficencia o “caridad”, lo que en muchos casos las aleja de considerar su participación como una acción política y de construcción de vida democrática, lo que impacta directamente el ejercicio de la participación política como un derecho y una posibilidad en sutrayectoria de vida.

Paola Lazo

Existe una marcada diferencia en el sentido de seguridad entre mujeres y hombres, así como una falsa división entre la violencia de género (machista) y la violencia derivada del crimen organizado. Sin embargo, ambas se ven atravesadas por asimetrías, desigualdades, desventajas que generan impactos negativos en la vida de las mujeres.

Paola Lazo

Otro aspecto importante en materia de ciudadanía es el interés en los asuntos públicos. Es fundamental que las mujeres participen en lo público, y aunque cada vez es mayor su participación, no afirman participar igual que los hombres. La EPCCV 2020 documentó que, en tres aspectos relacionados con este tema, son los hombres quienes afirman interesarse más por los asuntos públicos y la política, y hablan de asuntos públicos; en cuanto a mantenerse informados unos y otras, la respuesta es bastante pareja.

Durante muchos años las mujeres fueron excluidas de dichos temas, no permitiéndoles participar ni opinar. Si bien la diferencia documentada por la encuesta es pequeña, aún se refleja.

Otro aspecto que tiene que ver con la ciudadanía es la visión crítica que tienen las personas en cuanto en cuanto al desempeño gubernamental. La EPCCV 2020 incluyó una pregunta sobre algunos aspectos del gobierno. En su mayoría son las mujeres quienes son más críticas, pues 7 de cada 10 están en desacuerdo en que el gobierno aplica la ley por igual.

Asimismo, un ligero porcentaje de mujeres son quienes en mayor medida están en desacuerdo con que el gobierno combate la corrupción y es transparente.

La desigualdad es un fenómeno que se presenta con mayor frecuencia en la vida de las mujeres, tanto en materia económica, como social-cultural y política, entre muchos otros temas.

De acuerdo con los datos, al menos la mitad de las mujeres busca informarse de las noticias por algún medio y al parecer está consiente de las desigualdades y discriminaciones que padece.

Carolina Toro

El Mide Jalisco registra que el porcentaje de participación de la mujer en puestos públicos del más alto nivel en la entidad es de 26.5% para el 2020. Los puestos contemplados en la medición son: diputadas, titulares de secretaría, magistradas, presidentas municipales, gobernadora, respecto del total general de mujeres y hombres en dichos cargos. Este dato refleja que aún existe un espacio limitado de oportunidades para que las mujeres puedan ocupar altos cargos públicos.

Los periodos electorales son momentos determinantes para impulsar la participación de las mujeres. Sin embargo, en Jalisco se ha tenido un camino complicado para lograr que los procesos electorales se realicen sin violencia política en razón de género, y garanticen mayores oportunidades para las mujeres.

El Diagnóstico de la Violencia Política contra las Mujeres en razón de género durante el proceso electoral 2018 en el estado de Jalisco, realizado por el Centro de Investigación para la Igualdad de Género, A.C., recopila distintas experiencias de mujeres que han participado políticamente y que han sufrido Violencia Política con las Mujeres en Razón de Género (VPMRG), dicho documento es de suma relevancia porque documenta historias sobre cómo se ejerce esta violencia en el estado.

La participación de las mujeres es crucial para la democracia, sin embargo, esta se ve mermada por hostigamiento sexual y laboral como lo documenta esta publicación. Además, en este contexto algunas de las situaciones, dentro del ejercicio de su participación política, son:

 

“…observamos que se enfrentan a una sobrecarga constante de trabajo sin la capacitación, presupuesto, equipamiento o personal adecuado para realizar objetivos, fines y funciones institucionales. En conjunto, estas condiciones buscan mostrarlas como “poco funcionales” y crear un ambiente en el que, efectivamente, no puedan cumplir sus funciones demostrando, en una especie de

profecía autocumplida, que las mujeres no pueden ejercer estos cargos.” pp. 65

De manera más puntual, algunas cuestiones sobre la VPMRG que viven las mujeres relacionadas con el ámbito económico son:

“Injusta retribución económica y un ingreso diferenciado entre hombres y mujeres, la reforma política en la materia y el ejercicio del cargo en 2020 que ejercen el mismo puesto. Para entender la dimensión de esta forma de violencia económica, es necesario analizar los datos de ingresos vinculados a otros, como que i) se observa una sobrecarga de trabajo generalizada; que ii) muchas mujeres ponen de su propio dinero para poder realizar sus objetivos, fines y funciones institucionales a causa de la falta de apoyo presupuestal y que iii) muchas también reparten su salario entre varias personas o realizan el

trabajo de diferentes cargos.” pp. 67

Otro dato preocupante que se documenta en el estudio y que es fundamental para entender la poca participación de las mujeres en la política es lo que se menciona sobre la VPMRG en el contexto familiar, donde muchas veces la pareja, hermanos o padres la ejercen:

“Un aspecto que cobró relevancia en varios testimonios de mujeres, fue que el ejercicio de la VPMRG en los espacios privados (familia, pareja) es aún más invisible y difícil de reconocer. Sin duda, el ámbito privado sigue siendo un espacio en el cual la VPMRG encuentra nuevas formas de manifestarse y coartar la participación política de las mujeres, por lo que resulta importante exponer que la VPMRG

también puede darse en el núcleo familiar y que es igual de grave.” pp. 66

Aunque poco a poco se ha registrado un incremento de mujeres participando en los procesos electorales, en muchas ocasiones han sido parte de procesos de simulación de los partidos políticos. Por un lado, existen partidos que aparentemente han mostrado públicamente una agenda de género, considerando suplencias de mujeres hacia cargos de hombres. Por otro lado, uno de los objetivos de la reforma para lograr la paridad de género en política no se ha cumplido, debido a que los partidos políticos no han atendido su responsabilidad de formar cuadros de mujeres con liderazgo para hacer una carrera política; muchas veces se dice que las mujeres no tienen la suficiente formación política dentro de los partidos para aspirar a una candidatura, pero esto se debe a que los partidos no han dado las herramientas e incluso han construido techos de cristal para que las mujeres no avancen hacia el objetivo de llegar hasta los puestos más altos en los asuntos públicos.

Además, para lograr esta paridad y mayor participación política de las mujeres se requiere revisar que hasta ahora no se han generado las condiciones reales para la participación política de las mujeres.

En un entorno violento en donde se han incrementado otros tipos de violencia de género como la violencia física, psicológica, la violencia política es una manifestación de lo que ocurre en la sociedad y es fundamental que desde ahí se construyan cambios.

Desde la SISEMH se acompañó a varias candidatas a distintos cargos de elección durante el proceso electoral 2020-2021 del que se rescatan experiencias que muestran la dificultad para la participación real de las mujeres en la vida política. Se enfrentan a limitantes culturales: dudas sobre su capacidad, machismo, expectativas estereotipadas de su rol y funciones, y espacios dominados por hombres; limitantes del trabajo de cuidados: falta de corresponsabilidad en los cuidados, expectativas socialesfrente a estas tareas, doble o triple jornada laboral, y disyuntiva entre la vida personal y la pública; limitantes de la desigualdad y la violencia: corrupción y reglas informales, edad, brecha salarial, techos de cristal, acoso y hostigamiento sexual, violencia psicológica y discriminación por aspecto físico, falta de reconocimiento del liderazgo femenino y negociaciones machistas e inequitativas.

Paola Lazo

Pandemia

Pandemia

La pandemia de COVID-19 tuvo consecuencias en todas las personas a escala mundial, pero el impacto fue distinto en cada grupo de edad, nivel socioeconómico y por supuesto entre hombres y mujeres. La EPCCV 2020 incluyó algunas preguntas relacionadas con el tema. El empleo fue uno de los principales afectados. En el caso de las mujeres apenas 3 de cada 10 mujeres afirmaron haber mantenido su trabajo, a diferencia de los hombres, que fueron 5 de cada 10.

En México, la tasa de desempleo de las mujeres fue ocho veces superior a la de los hombres. Además, sectores como el de las trabajadoras del hogar, compuesto mayoritariamente por mujeres, tuvo una reducción del empleo de hasta 33 por ciento el año pasado.
(Informe De la crisis a la oportunidad: El covid-19 en el mercado laboral de América Latina y el Caribe, BID 2021).

Paola Lazo

Nuevamente las mujeres fueron las más afectadas: una cuarta parte de las trabajadoras informales con baja escolaridad quedó desempleada, en tanto que 3% de las que laboraban en el sector formal y tienen varios años de estudio no siguió trabajando. (BID, 2021).

Paola Lazo

Derivado de la pandemia, las personas hemos experimentado todo tipo de emociones, preocupaciones y sentimientos. Al preguntar a mujeres y hombres de 18 años o más sobre cómo se han sentido desde marzo 2020 que inició la crisis epidemiológica por el Covid-19 en México, las mujeres mencionan en mayor medida que se han sentido preocupadas. Y en cuanto a sentimientos de tristeza, también es mayor el porcentaje de mujeres que de hombres.

Las diversas medidas adoptadas para contener la pandemia pusieron de relieve las dificultades que enfrentan especialmente las mujeres para conciliar la vida laboral, familiar y escolar. La mayoría de las veces son las mujeres quienes se hacen cargo de atender a las personas dependientes, por lo que se ven obligadas a hacer doble jornada o incluso a abandonar su vida profesional. Todo ello ha generado poco descanso, agotamiento físico y emocional, y sentimientos de doble frustración por no poder llevar a cabo la propia actividad profesional y ayudar a las y los hijos con las tareas escolares. En el caso de las mujeres jefas de familia, este panorama se ha visto agravado, tanto para las madres que teletrabajan como para las que trabajan fuera de casa, y mucho más aún para aquellas que trabajan en el ámbito de la salud.

Paola Lazo

Derecho de las mujeres y cuidados

La pandemia derivada del virus de covid-19 también ha representado diversas complicaciones para el ejercicio de derechos de las mujeres, vinculado, sobre todo, al tema de cuidados.

La publicación Derechos de las mujeres de la región en época de pandemia realizada por la Articulación Regional Feminista en 2020, menciona que, por un lado, el contexto de la pandemia amplifica la demanda

de trabajo de cuidado no remunerado, profundizando aún más las desigualdades ya existentes en la división del trabajo por género, ampliando las jornadas laborales de ellas.

Un problema que se identifica es que los Estados continúan identificando al cuidado como una responsabilidad individual y no como una responsabilidad social colectiva, y la gran mayoría de los países de la región no cuentan con un sistema o política integral de cuidados que brinde apoyo económico o psicológico a las/os cuidadoras/es, que no refuerce estereotipos de género y que no sobrecargue a las mujeres con este tipo de labores.

La sobrecarga de las labores de cuidados en las mujeres a partir del cierre de las escuelas, no es una probabilidad, es un hecho del cual varias organizaciones y mujeres estuvieron dando cuenta durante el 2020 y 2021. Incluso hay artículos que documentaron la baja en la productividad laboral de las mujeres que trabajaron desde casa por el aumento de las tareas domésticas y de cuidados; sin duda con impactos negativos en el bienestar.

Carolina Toro

Hallazgos

Hallazgos

Calidad de vida

• A mayor edad, mejor es la calidad de vida de mujeres y hombres. Las mujeres que están entre los 18 a 59 consideran más baja su calidad de vida que los hombres de su misma edad.
• Las mujeres de nivel socioeconómico (NSE) medio y bajo califican más baja su calidad de vida que las mujeres de NSE alto.

• La satisfacción con la vida afectiva o emocional es ligeramente menor en las mujeres (4.1 mujeres y 4.2 hombres).

Economía

• En el año 2019 el porcentaje de mujeres en situación de desempleo fue de 2.99%, registrando un incremento hacia el año 2020 con un 3.65%.
• La brecha de género entre la tasa de participación económica o laboral de mujeres y hombres al 2020 es de 32.24%.

• Las mujeres son propietarias de un tercio (36.6%) de las MIPYMES. Las mujeres también suelen contratar más mujeres.
• La Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos en los Hogares (ENIGH, 2020) registra la brecha salarial en Jalisco en 62.8%.

• A medida en que las mujeres tienen más hijos perciben menor remuneración; el ingreso promedio trimestral tiene una diferencia de más del 35% en el salario de mujeres con más de 4 hijos.
• En Jalisco, en el caso de las mujeres con posgrado existe evidencia de que ganan más que los hombres (mujeres $65,600 – hombres $61,762)

• De acuerdo a la EPCCV 2020, las mujeres han afirmado encontrarse con mayores dificultades para que el ingreso les alcance, y, en consecuencia, un menor porcentaje de ellas tiene posibilidades de ahorrar.
• En el 2017, 41% de los hombres reportó tener una cuenta bancaria; y las mujeres un 33%. Mientras que,la brecha de ahorro en una institución financiera es de 4 puntos (12% hombres, 8% mujeres).

Salud

• Las mujeres, y sobre todo las mujeres jóvenes usan más la consulta con personal médico privado y el de farmacia. • Los sentimientos de tristeza y depresión afectan en mayor medida a las mujeres que a los hombres: en promedio, 2.6 sobre 2.2
• Casi 5 de cada 10 mujeres dicen estar “algo o muy” preocupadas por su salud. A diferencia de 4 de cada 10 de hombres.

• En 2020 el embarazo adolescente se registró en 15% en Jalisco, lo que significó una disminución respecto a 2019 cuando el porcentaje fue de 16.27%
• Jalisco se encuentra en el quinto lugar del país con mayor número de embarazos en niñas de 10 a 14 años de edad.

Educación

• Por nivel socioeconómico, quienes están menos satisfechas con su educación son las mujeres de nivel socioeconómico bajo.
• De acuerdo con información reportada en 2019 por la Academia Mexicana de Ciencias, una mujer por cada diez hombres estudia carreras como Física. Una diferencia muy similar existe entre quienes estudian Ingeniería.

• La investigación Mujeres eligiendo carreras STEM, menciona que al reducir la desigualdad de género en áreas de ciencia y tecnología, México incrementaría su productividad científica entre 17% y 20%.

Tiempo libre

• La satisfacción de las mujeres con su tiempo libre es más baja que la de los hombres.
• En 2019, a nivel nacional el 67% del tiempo de trabajo de las mujeres era dedicado al trabajo no remunerado en hogares (ENUT, 2019).
• A nivel nacional, en promedio las mujeres trabajan 6.2 horas más que los hombres, según el tiempo total de trabajo no remunerado en hogares (ENUT ,2019).
• En total, considerando cuidados pasivos (cuidar o estar al pendiente de alguien mientras haces otra cosa), las mujeres dedicaban en promedio 15.9 horas semanales más al cuidado que los hombres.

Espacios públicos y movilidad

• Es mayor el porcentaje de mujeres que refieren que “no tienen” espacios como unidades deportivas o ciclovías cerca de sus casas (EPCCV, 2020).
• Las mujeres son quienes más usan el transporte público para trasladarse, mientras que los hombres son quienes más usan el vehículo particular.

• Son más las mujeres que se sienten inseguras en el traslado en transporte público.

Seguridad

• En 2018 58.8% de las mujeres afirmó sentirse poco o nada segura, mientras que en 2020 se registró un 53.5% (EPCCV, 2020).
• Las niñas y adolescentes entre 10-14 años de edad expresan sensación de inseguridad en la escuela (60% han sido ofendidas) en la casa (40% violencia física) y en las calles (44% se sintieron perseguidas o vigiladas).

• Las mujeres perciben en mayor proporción la inseguridad en su colonia con 43.8%.
• Para el IV trimestre de 2020, las mujeres han modificado más algunos hábitos respecto a los hombres. El hábito que más han dejado ha sido el llevar cosas de valor como joyas, dinero o tarjetas de crédito (ENSU, 2020).
• La tasa de los feminicidios respecto del total de la población tuvo un aumento en 2020 de 7.14.
• En 2019 el promedio de denuncias por violencia familiar diarias fue de 30, y en el año 2020 de 33.
• Los reportes de emergencia realizados al 911 se han registrado al alza. En 2019 las llamadas crecieron 73% y en 2020 se registraron 20% más que en 2019.
• En 2020 se emitieron 17,464 medidas de protección. 48 medidas diarias en promedio. 2 medidas emitidas cada hora.

Civilidad

• En la EPCCV 2020 son las mujeres quienes afirman haber sentido, en mayor medida, prácticas de discriminación por su género, preferencia sexual, estado civil y edad.
• Según la EPCCV 2020 en el AMG en los años 2018 y 2020, las mujeres están menos satisfechas con la igualdad que existe en la ciudad.

• Son las mujeres quienes, en mayor medida, están en desacuerdo con que el gobierno combate la corrupción y sea transparente.
• Son los hombres quienes afirman interesarse más por los asuntos públicos y la política, y hablan más de asuntos públicos que las mujeres.

• El porcentaje de participación de la mujer en puestos públicos del más alto nivel en la entidad es de 26.5% para el 2020.

Pandemia

• Apenas 3 de cada 10 mujeres afirmaron haber mantenido su trabajo durante la pandemia, a diferencia de los hombres, que fueron 5 de cada 10.
• Las mujeres mencionan en mayor medida que se han sentido preocupadas desde el inició de la crisis epidemiológica por el Covid-19. Y en cuanto a sentimientos de tristeza, también es mayor el porcentaje de mujeres que de hombres.

Reflexiones finales

Paola Lazo

Analizar los datos desde una perspectiva de género permite identificar niveles diferenciados de acceso a los derechos humanos, así como posibles experiencias de vulnerabilidad o discriminación basadas en el género, y reconocer la manera en que esta diferenciación genera implicaciones distintas en la calidad de vida, en las condiciones de desarrollo, de igualdad y de una vida libre de violencia para mujeres y hombres.

Hacer visibles los avances, pausas y retrocesos en materia de igualdad y de erradicación de violencias posibilita el diseño de estrategias, programas y políticas públicas que atiendan las brechas reflejadas en los datos, para focalizar acciones hacia la construcción de escenarios de mayor justicia, dignidad y pleno ejercicio de derechos para todas las personas.

Acercarse a los estudios desde una mirada sensible al género puede sin duda aportar una visión interseccional que amplíe los alcances para el empoderamiento económico de las mujeres, la redistribución de los cuidados y la no violencia, como ámbitos sustantivos para la igualdad y la libertad humana.

Érika Loyo

Cuanto más investigamos y conocemos las vivencias cotidianas de las mujeres en las ciudades, los espacios públicos, privados e íntimos; más tenemos la sensación de que estamos estancados. Por más que conocemos y profundizamos en las violencias y las discriminaciones que día con día viven las mujeres, más constatamos que las acciones institucionales resultan lentas, burocráticas e insuficientes. Sabemos que las mujeres no son dueñas de la propiedad, que los servicios financieros no están diseñados de acuerdo a sus necesidades, que no se comprende ni se diseña la movilidad de acuerdo a sus movimientos dispersos y vertebrados en función de las múltiples labores del cuidado. La encuesta nos hace evidente que existe una disparidad visible con relación a la calidad con respecto a la satisfacción de vida de las mujeres, que su gasto de bolsillo en salud se ha incrementado y que detrás de ello, tanto las instituciones como la iniciativa privada, siempre van pasos atrás en el diseño de soluciones integrales y que generen autonomía. La burocracia de los procesos administrativos tanto en la atención de las violencias, como en el acceso a la justicia, ahoga las posibilidades de esperanza de las propias mujeres. Los hogares han dejado de ser espacios seguros y cuando las mujeres deben tomar decisiones para salir de ellos por situaciones de violencias diversas, no encuentran opciones eficaces para poder construir su independencia y su autonomía. Pareciera que no hemos logrado comprender las incertidumbres de las mujeres, incertidumbres objetivas y subjetivas que siempre se concretan en necesidades. El aletargamiento y la falta de reacción de las instituciones del Estado ante las problemáticas diversas que vivieron las mujeres en el tiempo más álgido de la pandemia, ha colocado al mundo y a Jalisco, en una posición de deuda en la que no podemos perder tiempo. Estudios internacionales confirman que lo poco que se había ganado, se perdió en estos años pandémicos. La encuesta nos demuestra que es momento de dejar de hablar de esas llamadas deudas históricas que tenemos con las mujeres y que se han duplicado en estos años de pandemia, es momento de asumir responsabilidades, de invertir más y de forma verdaderamente transversal, de pasar del empoderamiento a la autonomía; y de que como sociedad jalisciense logremos poner todos nuestros esfuerzos en concretar estos datos en acciones visibles, contundentes y realmente transformadoras.

Guadalupe Morfín

Qué importante es reconocer que se hace algo valioso desde otros ámbitos distintos de aquel en el que se trabaja. Sumar colaborativamente, complementar el análisis, es un gesto de ese reconocimiento y redundará sin duda en beneficio de las tapatías. Al análisis local se suma el nacional y el de instancias multilaterales, como ONU Mujeres. Y se establecen cruces de datos interesantes y se facilita de esa manera el diálogo interinstitucional y con la sociedad civil, y sobre todo, se potencian los resultados.

Carolina Toro

Pese a que ser mujer en Guadalajara implica afrontar enormes retos frente al deterioro de su bienestar; como por ejemplo la falta de acceso a la salud digna, pues este derecho sigue estando estrechamente vinculado al empleo formal y el empleo formal no ha podido adecuarse a las necesidades de las mujeres trabajadoras. O que su uso del tiempo va aumentando en labores de trabajo no remunerado y disminuyendo su presencia en algunas actividades económicas a partir del 2020. Este estudio termina mostrando un perfil muy esperanzador de las mujeres que habitan la ciudad: el perfil de la ciudadana en Guadalajara es una Mujer crítica, informada y consiente de las desigualdades y la discriminación que sufre; esa Mujer no es estática, es dinámica y potente para transformar su realidad.

Semblanzas

Norma Celina Gutierrez

Doctora en Ciencias Econ micas con  énfasis en Estudios de Población por el Centro de Estudios Demográficos de la Universidad de La Habana; Maestra en Ciencias Sociales con especialidad en Relaciones internacionales y Estudios del Pacífico y Licenciada en Psicología por la Universidad de Guadalajara.

Coordinadora del Programa Interdisciplinario de Estudios de Género PIEGE del Departamento de Estudios Regionales INESER; Secretaria de la División Economía y Sociedad del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas CUCEA de la Universidad de Guadalajara.

Ha participado en investigaciones sobre la problemática de salud de las mujeres; planificación familiar; género, salud sexual y salud reproductiva; violencia de género; masculinidades y políticas públicas.

Érika Loyo

Doctora en Ciencias Sociales por la Universidad de Guadalajara. Graduada de la Alta Especialidad en Cuidados por CLACSO. Colaboradora de diferentes espacios de opini n en medios de comunicación universitarios e independientes. Catedrática del Tec de Monterrey Campus Guadalajara y Profesor Titular de Tiempo Completo de la UdG. Actualmente Jefa de la Unidad para la Igualdad de la Universidad de Guadalajara.

Guadalupe Morfín

Ha sido parte de los equipos tem ticos de JCV. Es abogada, poeta y consultora en temas de derechos humanos y democracia. Entre sus cargos públicos está haber sido presidenta de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco, Comisionada para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres en Ciudad Juárez, Fiscal Especial para los Delitos de Violencia contra las Mujeres de la entonces Procuraduría General de la República desde FEVIMTRA, y regidora por Guadalajara en la administración 2015-2018.

Paola Lazo

Doctora en Estudios Científico-Sociales por el ITESO. Actualmente es titular de la Secretaría de Igualdad Sustantiva entre Mujeres y Hombres (SISEMH) en el estado de Jalisco. Antes de asumir este cargo, se desempeñó como profesora universitaria e investigadora independiente; asesora en género y educación, especialmente en temas de diversidad, inclusión y no discriminación, coeduación y derechos humanos. Ha colaborado con diversas organizaciones de la sociedad civil como activista feminista y defensora de los derechos humanos, principalmente los derechos de las mujeres, de la infancia y juventud, y los derechos sexuales. Formó parte del Consejo Directivo del CEPAD (Centro de Justicia para la Paz y el Desarrollo, A.C.), fue miembro activo del equipo temático de educación del Observatorio Ciudadano Jalisco Cómo Vamos, así como de la Mesa SEIS (Salud y Educación Integral de la Sexualidad), del Consejo asesor del programa de Consolidación de la Ética Pública del ITESO y del Consejo de la Fundación Marisa.

Juan Carlos Ramírez

Profesor en el Programa Interdisciplinario de Estudios de Género (PIEGE), Departamento de Estudios Regionales-INESER, CUCEA. Universidad de Guadalajara.

Carolina Toro

Politóloga y Maestra en Política y Gestión Pública. Sus líneas de trabajo son políticas públicas, participación ciudadana y pobreza.

Desde 2002 ha brindado acompañamiento a OSC ́s e instancias gubernamentales en temas de planeación participativa; y ha sido evaluadora externa de diversos programas federales, estatales y municipales a lo largo de más de 10 años.

En el sector público, ocupó cargos directivos en áreas de desarrollo social a nivel municipal y estatal. Su último cargo fue como Subsecretaria de Planeación y Evaluación del Gobierno del Estado de Jalisco.

Ha Colaborado como Analista política en secciones de opinión en medios de comunicación de radio y televisión y actualmente es Consultora y Profesora en la Universidad de Guadalajara y el TEC de Monterrey.

Biografía

Bibliografía

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• Centro de Investigación y Proyectos para la igualdad de género et al (2020) Informe sobre violencia política contra las mujeres en razón de género en el estado de jalisco: la reforma política en la materia y el ejercicio del cargo en 2020. https://drive.google.com/file/d/1-tdJerV3QCE6VetmQhu7bn4WYJN- vfthB/view?fbclid=IwAR1ufsrG1fJOdxOhOiz22HDVb6LB_grjvRFuqo-gPgWj3AKepSkLIM5urls
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• IPADE(2020) Mujeres eligiendo carreras STEM. https://www.ipade.mx/2020/10/27/estudio-de-impac- to-mujeres-eligiendo-carreras-stem/
• Jalisco Cómo Vamos (Diciembre de 2021) Encuestas de Percepción Ciudadana sobre Calidad de Vida. https://jaliscocomovamos.org/programas/encuestas-de-percepcion/
• Jalisco Cómo Vamos. (2017). Encuesta de Percepción Ciudadana sobre Calidad de Vida 2016. https://jalis- cocomovamos.org/wp-content/uploads/2014/08/PRESENTACIONENCUESTA.pdf
• Jalisco Cómo Vamos. (2019). Sexta Encuesta de Percepción Ciudadana sobre Calidad de Vida 2018. https://drive.google.com/_le/d/1MOChrisac4jzw97tzK44ZIFrEWLC1-6R/view
• Jalisco Cómo Vamos. (2021). Encuesta de Percepción Ciudadana sobre Calidad de Vida 2020. https://drive.google.com/_le/d/1xhIhHRb0h0qxVbkOloTpz1knur-UmjAg/view
• Observatorio Nacional Ciudadano y Jalisco Cómo Vamos (2021). Reporte sobre incidencia delictiva en Jalisco 2020. https://drive.google.com/file/d/1iADUae1TiXf20h5HNLfSlIvUprT3vPCc/view
• ONU Mujeres (2020). Las mujeres en Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas en América Latina y el Caribe. https://www2.unwomen.org/-/media/field%20office%20americas/do- cumentos/publicaciones/2020/09/mujeres%20en%20stem%20onu%20mujeres%20unesco%20sp32922.pdf ?la=es&vs=4703
• Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (2020) los servicios financieros en México con perspectiva de género: avances y áreas de oportunidad. https://www.mx.undp.org/content/mexi- co/es/home/library/poverty/los-servicios-financieros-en-mexico-con-perspectiva-de-genero–a.html
• Secretaría de Igualdad Sustantiva entre Mujeres y Hombres (2021) Reporte Anual Código Violeta.

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