La vida de los padres parece ser menos difícil que la de las madres, quizá porque sus responsabilidades específicas exigen cosas distintas.
En 2014, Jalisco Cómo Vamos preguntó a la población adulta de seis municipios de la Zona Metropolitana de Guadalajara “¿Qué posición ocupa usted en este hogar?”: 32% de las personas contestó “Padre” y 31%, “Madre”.
Según nuestra encuesta, la calidad de vida promedio de los padres es mayor que la de las madres (71 versus 69, en la escala de 0 a 100).
Esta diferencia persiste si la comparación se hace para la población económicamente activa. Por ejemplo, los padres con un trabajo permanente califican su calidad de vida, en promedio, con 74, mientras que sus pares femeninos califican su calidad de vida con 69.
Sin duda, el trabajo es un ingrediente importante para la calidad de vida, pero no es el único. ¿Por qué los padres están un poco más satisfechos que las madres en aspectos como el gobierno (3.7 contra 3.6 en una escala del 1 al 7), su economía personal (4.7, contra 4.5), su trabajo (5.3 contra 5) y su vida afectiva (5.7 contra 5.4)?
En la Zona Metropolitana de Guadalajara los padres se sienten más felices que las madres: 44 por ciento de los padres dice ser «muy feliz», mientras que sólo el 34 por ciento de las madres dice serlo. *Aquí se muestran cuatro de 19 aspectos cuya satisfacción se pregunta a nuestros encuestados en una escala del 1 al 7 donde 7 es totalmente satisfecho y 1 totalmente insatisfecho.
Esto se mantiene aún si se restringen los resultados a quienes tienen un trabajo permanente. 50 por ciento de los padres con trabajo permanente dicen ser muy felices, mientras que sólo el 40 por ciento de las madres con trabajo permanente dicen serlo.
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